En mi corazón tengo el viento que susurra menta clara y pura. En mis ojos tengo las velas desplegadas, mares de Whisky por surcar y tierras de Absenta por descubrir. Desenvaino mi espada y encuentro la justicia en los brazos de una dulce mirra vainilla mientras mi alma rebelde finalmente encuentra la paz. Así, la noche llega como fuente de paz y yo, guerrero, descanso en un lecho de flores y madera porque mañana es el nuevo día.